18 de abril de 2010
Que tonta que fuí, que tarde caí. Cómo me mentiste, como te creí. Parece que es fácil para ti hacerle a cualquiera lo mismo que a mí. Me hiciste pensar que me ibas a amar, que me adorarías y ahora te vas. Pedirás hablar, te disculparás, llorarás un poco y te marcharás. Yo voy a decir que no, que no te disculpes es que me humilla que me pidas de rodillas. Comprendo que tu juego es cubrirte tras un velo provoca una sensacion ambigua en mi. Hazme un favor ahora si no es verdad. no llores. Al menos se algo honesto en el final. Si estas hablando en serio prefiero que te apures quedemos en no vernos pero no puedo soportarlo al fin me estas dejando quisiera irme antes de llorar. Conversar así me pone muy mal. Nos miro de afuera, me salgo de mí. Y mientras los dos hablamos de más, empiezo a olvidarte, empiezo a pensar. Que triste se ve, que poco cordial que te hagas el mártir, que quieras hablar de que en realidad no es que no me amás, pero la mentira te cansa de más. Debí suponerlo. Esta tarde cuando llamaste, sentí que me dejarías pero no, no es hoy la primera vez. Hace ya bastante tiempo que espero que llegue este momento. ¿Sabés qué? NO VOY A DEJARTE IR. No voy a dejar que todo resulte tan facil para ti trataré besarte antes de partir. Acercándote hacia mí.
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